Hoy les hablaré de un libro, uno de los más trascendentes y transformadores, que es además uno de mis libros de cabecera; la “Bhagadvadgita” o el “Canto del Bienaventurado” o “El Canto del Señor”. Es el texto más popular del hinduismo, con una notable influencia tanto en la tradición india como en el mundo actual. Le tengo un especial cariño a una edición con comentarios de Sri Sankaracarya, que cuando sea mayor, espero entender aunque sea un poquito. 

Se trata de un texto realmente sublime que, en apenas 700 estrofas, reabre el camino de una concepción tradicional y renovada de la espiritualidad. En breve afrontaremos una nueva edición de la mano de Oscar Pujol. una traducción en verso libre que promete mucho. Sus páginas ponen en escena el fascinante diálogo entre el dios Krisna y el héroe Arjuna, poco antes de la batalla que decidirá el destino de todo un pueblo. Simple y a la vez profunda, la obra es una síntesis emocionante de siglos de reflexión sobre la condición humana y el lugar del hombre en el cosmos.

La “Bhagadvadgita” es una parte crucial de la epopeya del “Mahabharata”, el gran poema épico indio, y plantea las cuestiones esenciales de la filosofía de todos los tiempos: la naturaleza de la materia, la conciencia y el alma, así como de la práctica de la meditación, como herramienta para alcanzar otro estado de conciencia.

«…el hombre real no nace ni muere. Siempre ha sido y seguirá siendo eternamente. El cuerpo puede morir y ser muerto, más el espíritu que mora en el cuerpo no puede morir. Así pues, ¿cómo creer que quien sabe que el verdadero hombre es eterno e indestructible, caiga en la ilusión de suponer que pueda matar, matarse o ser muerto?»

«Mas si no creyeras en mis palabras y vivieses en la ilusión de tener por realidades la vida y la muerte, tampoco deberás afligirte. Porque así como los hombres han nacido, deberán morir. ¿Por qué, entonces, lamentar lo inevitable?»

Aprovechando la épica de un relato, se transmiten las herramientas para poder alcanzar el SER, el que supera el espejismo de los opuestos y tiene clara conciencia de quien ES. Un diálogo entre Krisna y Arjuna previo a la batalla de Kuruksetra, lucha fratricida que enfrenta a dos ramas rivales de una misma familia real. Los Pandavas, hijos de Pandu y los Kauravas o Kurus, primos de los anteriores e hijos de Dhritarashtra. Todo un pretexto argumental para revelar la siempre vigente lección de cómo vivir y actuar en el mundo, con todo el simbolismo de la filosofía perenne. Es un texto para vivificar, destinado a la transformación del individuo.

La gran aportación de la Gītā consiste en facilitar la liberación del deseo sin tener que renunciar al mundo. Se trata de ejercitar la acción con absoluto desprendimiento, sin interés en el resultado, sea este bueno o malo. Es una síntesis de la vía del conocimiento y de la acción, representada por la figura del karma yogui. Un asceta entregado a la meditación, un hombre de acción envuelto en la trama mundana y un devoto que consagra sus obras a la divinidad. La mitología, como sombra del Axis Mundi, se transformó en novela en el mundo moderno. En el ancestral mundo indio sigue asistiendo al pensamiento, a todo tipo de pensamiento. Hay cosas que se cuentan mejor a través del mito.

«Del apego surge el deseo, del deseo la pasión, de la pasión la insensatez, de la insensatez la apetencia sin freno. De la desenfrenada apetencia resulta el olvido, del olvido la falta de discernimiento y de ésta, la pérdida de todo lo demás. Pero alcanza la paz quien, dueño de sí mismo, obra sin placer ni repugnancia, pensando solamente en el yo.»

Un experto filósofo como el ensayista Juan  Arnau manifiesta “No estamos ante un canto filosófico sino ante un canto a una forma de vida basada en la entrega y la devoción, que se apacienta en el mito y celebra lo inmutable». La visión india del espacio y el tiempo hace hincapié en la continuidad frente al principio y el fin. La idea de un principio y un fin de los tiempos le es extraña. El mundo pudo haber sido creado, pero esa creación, como el nacimiento del hombre, no fue la primera. Algunos textos describen el intervalo entre la disolución del cosmos y su posterior recreación mediante la metáfora del sueño.

De igual manera que al despertar del sueño, de nuestro descanso, recuperamos nuestra identidad, el sendero de la vida es similar. Es una oportunidad única para responder a la pregunta crucial de ¿Quién soy yo? Por eso, si logramos algo de claridad, a lo mejor, destinamos parte de nuestra existencia a averiguar quiénes somos realmente. Sirvan estas sencillas líneas, como una invitación a la reflexión. Todos, si queremos, tenemos preguntas que responder y, con suerte, al final del camino podremos responder a la pregunta ¿quién soy yo?. La energía creativa duerme en un estado de semiinconsciencia y al despertar, hace que el universo se despliegue de nuevo.

La discriminación entre lo eterno y lo pasajero, entre lo esencial y lo superfluo, es importante, pero ese conocimiento debe arraigar en la experiencia, ya sea en la meditación, la plegaria o el yoga, si no se interioriza, resulta ineficaz. La verdad no es algo que se sepa, sino que se realiza. Una experiencia vital interna en la que participan la memoria, el entendimiento y el sentido del yo, aunque en última instancia todos ellos sean totalmente superados.

«KRISHNA. – Numerosos han sido mis nacimientos y renacimientos, ¡oh príncipe!, y muchos han sido también los tuyos. Pero yo recuerdo mis vidas pasadas, mientras que tú has olvidado las tuyas. Escucha este profundo secreto: aunque trasciendo la rueda de los nacimientos y soy el Señor de cuanto existe, porque todo emanó de mí, me manifiesto en mi universo y nazco por mi poder, mi pensamiento y voluntad.»

«…cuando la virtud y la justicia decaen en el mundo y se entronizan el vicio y la injusticia, entonces Yo, el Señor, me manifiesto como un hombre entre los hombres, y mediante mi influencia y enseñanzas destruyo el mal y la injusticia para sustituirlos con la virtud y la justicia.»

Liberación. Sí, posiblemente sea el término que lo engloba casi todo. Liberación de la ignorancia, fuente de todo mal. Liberación del espejismo de una vida que es un sueño. Estas líneas sólo pretenden invitar a una siempre fecunda reflexión. Cada uno tiene sus propias metas…pero hay que buscarlas.

Luis Nantón Díaz