CUIDADO CON LOS EXPERTOS

Durante toda la pandemia hemos oído hablar de la existencia de diferentes comités de expertos que asesoran al Gobierno de la Nación, y que aportarían el necesario rigor científico, para que las medidas adoptadas no tuvieran un corte exclusivamente político. La misma “presentación” se ha replicado en el entramado de taifas que son las comunidades autónomas, donde a su vez, al parecer, abundan los consejos de individuos tan doctos, como desconocidos. Cierto es que tenemos al incombustible Simón, pero le doy la misma veracidad e independencia que al vocero de Tezanos y su CIS. No quiero decir que la perspectiva política no sea necesaria, todo lo contrario, pero solo si tuviéramos políticos con miras a largo plazo y no vendedores de humo.

Pero sí existe un comité donde tenemos multitud de fotografías, programas, estampitas y todo lo que sea necesario. Me refiero al comité de expertos para la “armonización” de los impuestos en las Comunidades Autónomas. Por diversas manifestaciones de las destacadas eminencias, queda claro que todos los “cerebros” han sido elegidos por el círculo más próximo de María Jesús Montero, y que este destacado conjunto de sabios va a mantener la misma opinión que la ministra de Hacienda. El gobierno, para mantener su abrumadora red clientelar de chiringuitos y subvenciones, necesita engrasar la maquinaria para incrementar los impuestos. 

Con el “Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia” del Gobierno, poéticamente inspirado en los planes quinquenales soviéticos, no pararía de reír, si no fuera porque es para llorar. Me temo, además, que disfrutaremos del mismo grado de eficacia. Al parecer, según el gobierno, lo que necesitamos es transición ecológica, cohesión social y territorial e igualdad de género, y con estos vectores lograremos superar la mayor crisis económica que asola nuestra nación desde tiempos inmemoriales. Pero, creo que lo que Europa quiere evitar es que los fondos se agoten fuera de programa, y que realmente no se ejecuten los necesarios cambios estructurales. En incipiente amnesia vuelven a contraatacar con el negocio climático de la niña Greta donde se van a quemar decenas de miles de millones. A esto le sumamos los derroches en ideología de género, memoria histórica, feminismo, cine subvencionado, sobornos a las televisiones, asesores y otros sicarios nombrados dactilarmente, pero pagados a escote por todos nosotros.  España, y su burocratizado y carísimo entramado comunitario,  lo que requiere y exige es la inmediata contención del gasto público, que soporta cifras siderales que nos están hundiendo en la miseria más absoluta.


La relación de “frentes” a los que se dirigirá la presión fiscal son delirantes: imposición societaria, tributación de la economía digitalizada, fiscalidad medioambiental,  aplicación y concreción de la armonización de la tributación patrimonial y fiscalidad de las actividades económicas emergentes, sin olvidar que, en los 2000 folios cursados a Bruselas, existe la posibilidad de crear “nuevas figuras tributarias”… todo lo cual, por supuesto, se hace por nuestro bien y por nuestra salud, por un mundo mejor y por una sociedad más igualitaria. Cada día entiendo más que en este país sea imposible ser emprendedor, ser un generador de empleo y riqueza, y uno se sienta atraído por el lado cómodo de la paguita y la subvención.

¿Quieren hacer algo por el país? Ayudas directas, condonación de créditos, alivien las hipotecas, supriman impuestos y tasas a los autónomos. Y si realmente quieren diseñar un futuro a largo plazo valoren el mérito y no degraden la enseñanza primando a los vagos y bajando el nivel hasta mínimos risibles. Fomenten la familia y la natalidad, enseñen a los jóvenes que la vida exige sacrificios y que hay que aceptarlos para que la sociedad a la que todos pertenecemos siga existiendo.

Pero no perdamos el tiempo. Si hacen falta expertos, pero de los de verdad, es para reformar al propio estado. Si hay algo que reformar con urgencia son sus valores, sus instituciones y sus estructuras. 

Luis Nantón Díaz