Tremenda actuación de Patxi López hace unos días. Verdaderamente memorable. Ni el intrépido Marco Antonio, en la obra de Shakespeare “Julio Cesar” hubiera resultado tan convincentemente melodramático. El secretario de Política Federal del PSOE y portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados lanzaba esta pregunta ante el conjunto de palmeros profesionales que dan cobertura a las ruedas de prensa de la empresa de su Sanchidad en la Moncloa. «¿Por qué nos odian tanto?», sin clarificar quienes son los “malos”, con la mirada quebrada y evidente dolor. Insisto, memorable actuación, con depurado tono victimista. La respuesta a semejante pregunta es, sin embargo, bastante facilita.
Facilita, pero algo extensa. Por economía procesal, y para no aburrir, vamos a centrarnos en algunas de las más destacadas razones para ese creciente repudio. Y eso que el personal tiene unas tragaderas tan gigantescas, como incomprensibles. Especialmente me duelen las 200.000 o tropecientas mil viviendas que han prometido, que no han construido, mientras irresponsablemente tensionaban el mercado de la vivienda con la legislación más aberrante posible.
Lo de puedo prometer y prometo, es una de sus especialidades, sobre todo porque lo hacen sin reírse. Prometieron que nunca pactarían con PODEMOS y han articulado el gobierno con su sostén, prometieron que jamás pactarían con los proetarras de BILDU y son su apoyo más fiel, prometieron no indultar e indultaron, prometieron no amnistiar y amnistiaron…Solo por continuar en la poltrona. Insisto, pese a existir una hemeroteca de tamaño colosal destacando los incumplimientos, y ni se sonrojan.
En tiempos de crisis, su manifiesta incompetencia es el mayor generador de repulsa, si quedara algo de materia gris. Mientras nos encerraron inconstitucionalmente durante la “plandemia”, se dedicaron a jugosos negocios con multimillonarios contratos de mascarillas y material sanitario. Solo el dimensionamiento de las empresas involucradas justifica todo tipo de dudas, siendo muy generoso. Los comités de expertos, de los que hemos tenido varios, se han demostrado inexistentes. Antes, cuando pretendían empantanar un asunto, creaban una comisión de investigación, pero ahora la moda son los comités de expertos inexistentes. ¡En eso sí que ahorran!
Carecen totalmente de escrúpulos. Han aprovechado políticamente desastres naturales como la gota fría de Valencia, intensificando por pura inacción, las terribles repercusiones. Los paisanos de La Palma deben de estar cansados de esperar. A lo mejor, el día que se aclaren las maletitas del caso Delcy, empezamos a no tener tanta santa paciencia.
Con la crisis migratoria se limitan a invertir el concepto. No es un problema, no es una invasión, es sencillamente que la multiculturalidad es buena en sí misma, y que es el sustento del sistema de pensiones. Insisto, sin reírse, continúan dándole papeles a todo el mundo, aunque acceden ilegalmente, con la mezquina intención de generar bolsas de votos cautivos.
Tienen un particular concepto de la justicia, y su principal paladín es el Fiscal General del Estado. La pregunta de “¿de quién depende la fiscalía?” ha quedado grabada a fuego en las mentes de todos los súbditos. Ya no somos ciudadanos, somos simples súbditos. Toda su esperpéntica obra legislativa, en materia judicial, produce siempre el efecto contrario. Si hablamos de violencia de género, con la ley del sí es sí, nos dedicamos a liberar a violadores confesos. Si tocamos la vivienda, provocamos que se retiren inmuebles del mercado por pura indefensión de los propietarios. Si amamos a los animales, con sus leyes de bienestar animal, de patético incumplimiento, propiciamos el abandono de los que pretendemos proteger.
Han ideologizado tanto nuestro día a día, que necesitan dividir a la sociedad para sustentar su insaciable poder. Una muestra terrible de sus catecismos agenda 2030, es la fallida estrategia energética. El apagón del otro día, que casi nos traslada al medievo por media jornada, es fruto directo de su dócil obediencia en materia energética. No se olviden, vayan comprando velas de cera eco resilientes.
En materia económica lo centraría en que prometieron no subir los impuestos a las clases medias y trabajadoras. Solo tenemos que mirarnos el bolsillo y ver como su voracidad fiscal se ha intensificado como nunca con este gobierno. Y eso que “el dinero no es de nadie”. Pese a que manipulan las estadísticas, y trastocan los datos, el empleo es más inestable y peor retribuido. Si eres un joven, menor de 30 años, mejor me ahorro comentar.
Es casi imposible desarrollar y mantener una empresa en España. El entramado administrativo que impone la administración multiplica los costes, y disminuye su viabilidad. Mientras acosan a impuestos directos e indirectos a empresas y autónomos. El fallido, acabado, hueco, sistema de pensiones, solo lo tocamos de refilón. Como logran ampliar la deuda externa, y el gasto público expansivo, pues ya habrá motivos para odiar un poquito más adelante. Pero solo un poquito más adelante.
«¿Por qué nos odian tanto?», se pregunta cínicamente López, portavoz de un Gobierno que en 2023 anunció la construcción de un «muro de democracia, de convivencia y de tolerancia», es decir, del más ciego sectarismo. Nuestro Gran Timonel ha hecho bueno al rehabilitado Zapatero, que está en todos los “saraos” bolivarianos donde puedan abonarle las facturas. Ese que inició una fractura de la sociedad española que su Sanchidad acentúa, aupado sobre una torre de mentiras y pactos contra natura para mantenerse en el poder a toda costa.
Nuestro poder adquisitivo ha disminuido en 5 años más de un 30%, y no son datos del INE, es simple y llanamente la experiencia de ir a repostar combustible, comprar ropa o acudir a un supermercado. Mientras acusan de fascista a cualquiera que se atreva a discrepar, o disienta de su sesgado relato.
Diariamente perfeccionan sus métodos. Censurar, señalar e intimidar mientras presumen orgullosamente de luchar contra la corrupción… Vamos a numeritos diarios, el aforamiento extremeño de cinco en cinco, y tiro porque me toca. El político que se reúne con narcos encarcelados, prometiendo llamadas a ministros, pero era para hablar de cocina o de contratos millonarios en Navarra con extraños seguimientos. Pero todo es una creación de la “fachosfera”, porque, indudablemente, ellos son el gobierno de la gente.
Y se le ocurre lanzar esa pregunta…¡Pero si casi no pueden salir a la calle…! Están en su papel, les da lo mismo todo, lo que me asombra es nuestra pasividad, pero todos los días me niego a emigrar. Me niego.
Luis Nantón Díaz
ME NIEGO A EMIGRAR
Related posts
SIEMPRE APRENDIENDO

Ante todo gracias por tu visita.
Te presento un recopilatorio de los artículos que semanalmente se publican en el CANARIAS 7, y que con auténtica finalidad terapéutica, me permiten soltar algo de lastre y compartir. En cierta medida, de eso se trata al escribir, de un sano impulso por compartir.
La experiencia es fruto directo de las vivencias que has englobado en tu vida, y mientras más dinámico, proactivo y decidido sea tu carácter, mayor es el número de percances, fracasos, éxitos… Los que están siempre en un sofá, suelen equivocarse muy poco…
Y, posiblemente eso sea la experiencia, el superar, o al menos intentarlo, infinidad de inconvenientes y obstáculos, procurando aprender al máximo de cada una de esas vivencias, por eso escribo, y me repito lo de siempre aprendiendo, siempre.
Me encantan los libros, desvelar sus secretos, y sobre todo vivificarlos. Es un verdadero reto alquímico. En su día, la novela de William Goldman “La Princesa Prometida” me desveló una de las primeras señales que han guiado mi camino. La vida es tremendamente injusta, absolutamente tendente al caos, pero es una experiencia única y verdaderamente hermosa. En esa dicotomía puede encontrarse ese óctuple noble sendero que determina la frase de aquel viejo samurái: “No importa la victoria, sino la pureza de la acción”.
Como un moderno y modesto samurái me veo ahora, en este siglo XXI… siempre aprendiendo. Los hombres de empresa, los hombres que intentamos sacar adelante los proyectos de inversión, la creación de empleo, los crecimientos sostenibles, imprimimos cierto carácter guerrero a una cuestión que es mucho más que números. Si además, te obstinas en combinar el sentido común, con principios, voluntad de superación y responsabilidad, ya es un lujo.
Si también logramos inferir carácter, lealtad y sobre todo principios a la actividad económica, es que esa guerra merece la pena. Posiblemente sea un justo combate.
Ver más